Así es como se ve una maternidad deseada… como la noticia del embarazo de la youtuber mexicana Yuya. Y no, nada tiene que ver con los prejuicios clasistas que asume la sociedad y que tan comentados han sido estos días.

No se celebra el nacimiento de un hij@ dentro de una familia con solvencia económica, sino, muy fuera de ese contexto, se celebra una maternidad deseada, aceptada y abrazada por una persona completamente libre de decidir sobre su cuerpo y su futuro.

Pudo haber sido una mujer de una comunidad apartada en la sierra de Chiapas quien anunciara su embarazo con tanta emoción…

y nosotras seguiríamos celebrando y reconociendo la relevancia de una maternidad notablemente deseada.

Durante cientos de años, se ha asumido que la mujer es la responsable de la función reproductiva. Es en ese sentido que nos sumergimos en la creencia de que “toda mujer nació para ser madre”.

Es necesario interiorizar y reconstruir el concepto de la maternidad y la libre decisión; pues existen mujeres que, desde su poder de elegir sobre sus proyectos de vida, deciden o no ser madres; así como hay quienes, debido a la educación, las creencias o la inmersión en ambientes de violencia machista, no pueden decidir libremente.

Esta injusta limitación del derecho a decidir lleva a mujeres que no desean ejercer la maternidad a hacerlo de forma obligada, teniendo que “cumplir con esa función reproductiva”.

Al mismo tiempo, existen miles de embarazos no deseados que no logran interrumpirse.

Maternidad deseada, no forzada.

Una maternidad debe ser voluntaria, libre, feliz, responsable y deseada. La maternidad elegida se encuentra en el extremo opuesto de aquellas personas obligadas a continuar un embarazo.  La crianza responsable y respetuosa de la infancia también será resultado del deseo que una persona puede tener o no por procrear.

En México y el mundo, miles de personas infantes, jóvenes y en la adultez, se encuentran sumergidas en situaciones de violencia sexual y física que las orillan a llevar a término embarazos no deseados, convirtiéndose en madres en contra de su voluntad.

Maternidades forzadas como esas, no pueden celebrarse; como tampoco las de aquellas personas que por diversas situaciones no pueden hacer valer su derecho a decidir sobre su propio cuerpo.

Hoy día cualquier elección es válida: desear y abrazar la maternidad, la convicción de la no maternidad, y la necesidad (en cualquiera de ambos casos –desear o no desear la maternidad-) de interrumpir un embarazo no planeado.

Sí, se trata de dar acompañamiento y soporte a quienes buscan interrumpir un embarazo, pero también de apoyar y celebrar las maternidades felices y responsables.

Está bien desear o no la maternidad… querer imponer ideales y decisiones sobre el cuerpo de las demás personas, ya es avaricia.

A cada persona le toca respetar y entender que la libertad individual termina en donde comienza la de l@s demás. La maternidad será deseada o no será.

Texto de nuestra compañera Elba Loera.