El llamado “embarazo molar” es un crecimiento de tejido (no es un bebé, ni siquiera un embrión) dentro del útero, se le dice embarazo porque ocurre después de la fertilización del óvulo por parte del espermatozoide, y porque se localiza en el útero.

Pero dentro de ese tejido no hay vida, sino un conjunto de esferas que se ven como uvas, como moras (de allí su nombre molar). Recuerda que una mórula (masa esférica de aspecto de la fruta mora) resulta de la primera segmentación del óvulo fecundado al iniciarse el desarrollo embrionario.

El “embarazo molar” es una condición que le ocurre a una mujer por cada mil 500 mujeres que tienen una vida sexual activa y a una de mis amigas le ocurrió. “Me comencé a sentir mal, tenía sangrados vaginales que me duraron cerca de tres meses, cuando fui al doctor me dijo que tenía colitis y me dio medicamento para el dolor”, me cuenta Eli, de 43 años de edad.

Me sacaron un pollo rostizado.

“Mi esposo y yo ya no sabíamos qué hacer, puesto que mi malestar era cada vez mayor, así que decidimos acudir a un médico privado, y después de un ultrasonido y de varios estudios de sangre me dijeron que tenía un embarazo molar. Me metieron a quirófano, y literal me sacaron una masa que parecía pollo rostizado, así de grande, así de pesado pero sin alas, ni piernas”, dice de broma Eli, quien estuvo en el hospital por más de una semana, recuperándose de la situación.

“No entiendo porque las mujeres debemos pasar por tanta ignorancia de los médicos, puesto que tener un periodo menstrual por más de 90 días no es sano, y yo le dije que no era posible que me diera un medicamento para el dolor y ahora lo tengo demandado”, explica Eli, quien tiene dos hijos.

«¿Pero es complicado diagnosticar un “embarazo molar”?» Le he preguntado a dos amigos ginecólogos y dicen que no, puesto que las señales son muy claras:

1. Sangrado anormal de la vagina, que dura más de un periodo menstrual.

2. Tener el útero más grande de lo normal, te ves inflamada.

3. Presentar náuseas y vómitos intensos, ello se debe a la cantidad de hormona del embarazo que circula en tu cuerpo.

4. Sensación de nerviosismo o cansancio, latidos cardíacos rápidos o irregulares y sudoración intensa.

5. Malestar en la pelvis, que va desde dolor, inflamación, sensación de pesadez  y sentir el vientre muy caliente.

6. Secreción vaginal de tejido con forma de uva. Esto es una clara señal de embarazo molar.

“No era un bebé, sino un tipo de cáncer”

“Cuando me dijo el doctor que tenía un embarazo molar, yo ni sabía qué era eso, y pensé que tenía un bebé, y comencé a sentirme muy triste, pero —tras la cirugía— cuando vi lo que me sacaron, no era para nada un bebé, sino que parecía un tumor: ensangrentado, apestoso y horroroso; no sé por qué le dicen embarazo es un tipo de cáncer, neta”, indica Eli, quien busca que otras mujeres sepan de esta condición.

Y Eli tiene razón, siempre que los médicos mencionan embarazo, uno se imagina un bebé sonriente y guapo que te dice mamá, pero eso es una mentira porque el “embarazo molar” puede causar incluso la muerte de la mujer.

“Mi tejido era tan grande que tuvieron que quitarme la matriz, me limpiaron todo por dentro y fue un proceso doloroso físicamente, además mis hijos son aún pequeños y me sentía muy mal en dejarlos, odiaba ese ‘embarazo molar’, porque me alejaba de mis hijos, de mi esposo, de mi trabajo, de mi vida…”, llora Eli al contarlo.

Busca una segunda opinión.

Así como Eli, conozco a muchas mujeres que cuando acuden al doctor por algún sangrado o malestar ginecológico las tachan de histéricas, de querer llamar la atención. Minimizan sus síntomas, hacen oídos sordos de sus gritos de dolor y de su sufrimiento. Por eso, recuerda que tú puede pedir una segunda opinión médica (tanto en hospitales públicos como privados), es tu derecho y está en la Ley de Salud.

Tus solicitudes deben ser escuchadas, no te hacen un favor y recuerda que tu vida puede estar en riesgo.

Por Guadalupe Camacho, @Lupichick, periodista y académica mexicana