Los abortos son procedimientos seguros siempre y cuando se realicen con proveedores médicos calificados; bajo esta premisa, someterse a una interrupción legal del embarazo es muy seguro. En la Ciudad de México, desde que se aprobó –en 2007– la Ley a favor de la interrupción legal del embarazo –antes de las 12 semanas de gestación– ninguna mujer ha fallecido por un aborto inducido.

La ILE en la Ciudad de México se puede realizar de dos formas: con pastillas o con la aspiración manual endouterina (AMEU). En la primera indicación se medican dos fármacos hasta antes de las 10 semanas de gestación. Estos medicamentos generan contracciones del útero, un sangrado y la interrupción del embarazo.

En el caso de la AMEU, se realiza (antes de las 12 semanas de gestación) un desalojo del útero por medio de un aparato que tiene una cánula de plástico flexible y se extrae todo el contenido del útero, por eso no hay un sangrado activo como sí se tratase de un aborto con pastillas.

En el caso del aborto con medicamento se sugiere que la mujer esté acompañada porque es posible que tenga dolor y malestar en general, además, su sangrado podría presentarse durante varios días hasta que el útero esté completamente vacío. Durante ese tiempo, la mujer podría requerir compañía y en caso de presentar alguna complicación, sería ideal que acudiera acompañada a los servicios de salud. Nota: todo esto depende de cada mujer.

Por eso la AMEU son una gran opción para aquellas mujeres que no desean un sangrado por varios días, puesto que este procedimiento no genera hemorragias; además, se realiza un ultrasonido después de la AMEU para observar que todo haya salido.

Cuando se realizan abortos clandestinos, la mujer puede llegar a morir porque podría haber perforación del útero y las hemorragias son muy severas, ya que se usan otro tipo de técnicas, como el legrado, práctica que la OMS no recomienda.

Tras un aborto por AMEU o por pastillas, se recomienda (más no es para todas, algunas mujeres prefieren estar solas) que la mujer esté acompañada, pero no porque el procedimiento sea riesgoso per sé sino porque la mujer pasa por un momento importante en su vida y, por tanto, requiere de sororidad.

Así, lo que tienes que hacer si quieres acompañar a una mujer que ha abortado, es estar cerca de ella, mantenerla tranquila, no reclamarle ni burlarte de ella. Tampoco es adecuado que la sobreprotejas, porque se sentirá agobiada. En caso de que no sepas qué hacer, puedes pedir apoyo a las doulas de aborto, que saben qué hacer y decir en esos momentos. Las doulas son mujeres que no solo acompañan en momentos de embarazo y parto, sino también son profesionales frente a las ILE´s.

Por Guadalupe Camacho, @Lupichick, periodista y académica mexicana