“Te puedo marcar”, decía el mensaje por WhatsApp de mi amiga Vale, “es urgente”, decía el siguiente texto. Respondí que sí.

“Amiga, perdón que te marque pero estoy que me lleva la chingada, resulta que al hijo de mi novio se le salió y dijo: ‘papá ¿cuándo vamos otra vez para Querétaro?, y nos subimos de nuevo a la tirolesa con mi mamá’”. “¿Cuál tirolesa?, pregunté en ese momento”, dijo mi amiga.

“Entonces el niño (de 10 años) me contó que se fueron a Querétaro, y que la pasaron muy bien y que el hotel estaba muy bonito, y que su mamá logró subirse con ayuda de su papá a la tirolesa, y en que en la noche hasta bailaron los tres juntos”.

“¡Mi novio por más que intentó callar a su hijo no pudo! y cuando lo confronté, terminó diciendo que se había ido con ella todo ese fin de semana, y que el congreso de su trabajo había sido un engaño, que él quería tener sexo pero como yo estaba embarazada pues no le apetecía estar conmigo”, narraba Vale, no sin antes hacer pausas por su llanto.

“No sé qué hacer, porque ahora que lo pienso de seguro ya se fue con la ex más de una vez, puesto que casi cada mes dice tener congresos fuera de la ciudad, y seguramente se va con ella o con otras. Me siento fatal”, dice Vale… ahora fúrica y llena de coraje.

“¿Qué puedo hacer amiga?”, termina por preguntarme tras contarme su más reciente incidente con el novio, con el cual además tiene una hija de un año.

La verdad yo estoy un tanto cansada de escuchar cada fin de semana otra de las desventuras con su pareja, quien simplemente no la quiere. Pues la dejó sola no solo un fin de semana para irse a Querétaro con la ex (mamá del niño que le “contó la neta”), sino que también la dejó en el momento del parto y fueron sus cuñados quienes la llevaron al hospital para que naciera la pequeña. Además, le reclama que sus camisas no estén limpias, que su casa no esté inmaculada de limpieza, le reclama que la niña llore por las noches…

Así que respondí: “Amiga querida de mi corazón, aprende a comer mierda, porque es lo único que recibirás de este señor. Así que o lo dejas o aprendes a comer mierda, pero como no quieres dejarlo pues entonces buen provecho”.

“Lo sé, amiga, lo sé. Sé que él no va a cambiar pero me cuesta mucho trabajo salir de la relación, siento que no podré sola, que no está bien dejar a mi hija sin su papá”, argumenta Vale, quien es una mujer exitosa, tiene casa propia, una camioneta y trabaja por su cuenta.

“Vale, siempre es lo mismo cada fin de semana hay algún tema con el señor y su vida sexual y amorosa, a la que no te incluye. Así que espero que no te acostumbres a esa vida, porque eso le están enseñando a tu hija”, concluí y ella colgó, ya pasó una semana y sube fotos en su Facebook como si viviera la vida color rosa con él, su hija y su hijastro. Las apariencias y el FB engañan.

En Marie Stopes creemos que las relaciones de pareja deben ser con compromiso y libres de violencia, si no sientes que estés recibiendo lo que das, si consideras que estás siendo violentada, vete de ahí, busca apoyo.

Por Guadalupe Camacho, periodista y académica mexicana

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