Recientemente vi un video llamado “La decisión de Mariana”, de la Fundación Marie Stopes, y habla de una chica que a los 16 años se enamoró, tuvo sexo sin protección y, como le ocurre a un gran número de adolescentes mexicanas —que comienzan con su vida sexual— se embarazó. En este país, más de 400 mil adolescentes tienen un hijo cada año.

Pero “La decisión de Mariana” fue otra, ella decidió no seguir con ese embarazo y, entonces, abortó. Mariana explica que su decisión fue basada en su propia vida, la cual estuvo marcada por la pobreza.

Mariana, a sus 16 años, sabe cómo se siente la pobreza, la cual tiene muchos rostros: hambre, violencia física y emocional, enfermedades que se sufren constantemente, tristeza, llanto e incertidumbre.

La pobreza no es sólo no tener zapatos y desear un helado que no puedes comprar. Es ver sufrir y pelear a tus padres, hermanos y otros familiares, por no contar con los recursos económicos. La pobreza genera tristeza, desgaste, vicios y ansiedad en los adultos, pero la pobreza en los niños es ausencia, es desgracia, es miedo.

Entonces, “La decisión de Mariana” fue la correcta, puesto que nadie sabe más de pobreza que quien la vive en “carne propia”. Lo que desea Mariana es seguir adelante. Es dejar de ser pobre, es terminar sus estudios, es buscar un vida más holgada sin tantas restricciones.

Así, que “La decisión de Mariana” fue la acertada, puesto que no continuar con su embarazo le ayudó a terminar la escuela, incluso se graduó y ella explica en el video que seguirá adelante con su vida académica.

“La decisión de Mariana” ¿fue la correcta? Por supuesto que sí, porque tener un hijo durante tu adolescencia te generará más problemas que alegrías. Y cuando Mariana sea más grande y con mayores estudios, podrá acceder a un mejor trabajo que le permitirá proteger de la pobreza a su familia, a sus hijos.

Al respecto, la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (ENADID) en su edición 2018,  arroja resultados impresionantes en materia de estudio y embarazo. Por ejemplo:

Las mexicanas que estudian algún grado de primaria tienen, en promedio, 2.82 hijos. Casi tres.

Las mexicanas que terminan algún grado de secundaria tienen 2.66 hijos. Casi tres, como las que cursaron la primaria.

Las mexicanas que terminaron algún grado superior o superior, tuvieron 1.20 hijos, es decir, más cercano a un uno.

“La decisión de Mariana” no fue fácil, pero hubiera sido una pésima decisión tener un hijo sin las condiciones económicas adecuadas. Y si no lo crees échale un ojo a la siguiente información que refiere cuánto cuesta tener un hijo, durante un primer año:

25 mil pesos como mínimo y 75 mil como máximo en ropa, pañales, cuna, carriola, tina, asiento para auto, productos de limpieza y del cuidado personal.

11 mil pesos como mínimo y 32 mil pesos máximo por concepto de pediatra y otros expertos en el cuidado de los neonatos. Si tu recién nacido necesita cuidados especiales cono incubadora, cirugías o tratamientos especiales, el costo subirá aún más.

15 mil pesos como mínimo y 28 mi pesos como máximo por concepto de alimento, como fórmulas lácteas, papillas y cereales. Especialmente si tu hijo es intolerante a la lactosa o presenta alergias alimentarias.

Fuente: Condusef

Los hijos (aunque sean recién nacidos) cuestan y mucho, especialmente si eres adolescente de 16 años (o menos) como Mariana, o recién egresada de 20 años, o que acabas de entrar a tu primer trabajo. Pero recuerda que los hijos, no solo requieren cosas materiales, sino también: tiempo, cariño, paciencia, amor, respeto, armonía, calidez y tranquilidad.

Y para que un hijo crezca feliz, necesita una madre feliz y plena. “La decisión de Mariana” fue libre y consciente, como deberían ser las decisiones de todas aquellas niñas, adolescentes y mujeres que no quieren ser madres.

La decisión de Mariana” es la decisión tuya, que sólo le compete a ti y a nadie más. Así que decide por ti y para ti, hoy y siempre.

Por Guadalupe Camacho, @Lupichick, periodista y académica mexicana