La cuarentena no es igual para las mujeres, que sin importar su edad, condición social académica o económica, se ven afectadas en mayor medida que los hombres ya que ellas son quienes llevan el peso de cuidar de los hijos y la familia y dejar de lado su salud y bienestar.

*Los nombres fueron cambiados por seguridad de las mujeres.

Mi madre enfermó y quieren que la «supla».

Mi mamá enfermó de Covid 19 y, por supuesto, que tiene que estar en cama y bajo muchos cuidados. Entonces, antes de irme a trabajar (donde gano bastante bien y tengo asegurados a mis padres) le hago el desayuno y le dejó un almuerzo, al lado de su cama, junto con las medicinas.

Regreso a las 8 de la noche y la ayudo a bañar y procuro animarla. Pues resulta que mi papá me dijo que él no puede hacerse cargo de mi mamá ni de la casa, entonces que los más «conveniente» es que yo renuncié al trabajo y ¡que haga las labores que hacía mi mamá!

Le dije que no, que él sí podía hacerse cargo: hacer la comida, limpiar, atender a mi mamá y llevar la casa en general. Mi padre ya no labora y solo mi hermano y yo lo hacemos, pero mi papá quiere que renuncie a mi trabajo porque es «mi deber» estar en la casa, y mi hermano (que no tiene prestaciones y gana menos que yo) lo apoya, puesto que ninguno de los dos quiere hacer «trabajo de mujeres».

Mi pobre madre ayer me dijo que le haga caso a mi papá, y que ya luego encontraré trabajo, yo me niego a hacerlo y estoy buscando un lugar dónde rentar, pues las peleas son constantes y eso no ayuda a la recuperación de mi mamá. Mi papá no está enfermo, es más joven que mi mamá y no quiere mover un dedo en la casa.

Mónica*, ingeniera, 29 años, su mamá se llama Patricia* y tiene 64.

Vendo comida casera para mantener a mis hijos.

Me divorcié hace 4 años y desde entonces mi ex marido no aporta ni un peso para la manutención de nuestros hijos (son dos varones de 7 y 10 años), a pesar de que el juez así lo ordenó. Nunca los ve ni les llama por teléfono y ahora los juzgados de lo familiar están cerrados. Antes de la pandemia no me importaba tanto que no se hiciera cargo porque yo siempre he trabajado, pero ahora que me «descasaron» en mi trabajo, no encuentro la forma de pagar la comida, la luz, el gas y el internet.

Lo busqué por Facebook, le mandé mensaje y vi fotos de él con otra familia. ¡Me da gusto por él! Le expliqué la situación económica en la que estamos y leyó mi mensaje y no contestó. Pensé que al ver a sus hijos (le mandé una foto) se conmovería y me llamaría.

Lo que hago para sobrevivir es vender comida casera, primero a uno que otro vecino, luego en la colonia, me voy caminando a vender; dejo a mis hijos completamente solos, pero me da miedo que tiemble o que alguien quiera meterse porque saben que no estoy. ¿Mi ganancia? Es de entre 100 a 50 pesos cada que me piden, porque no vendo diario. También he vendido la ropa que han dejado mis hijos, y con eso vamos saliendo…me da mucho miedo enfermarme puesto que dejaría prácticamente en la orfandad a mis hijos.

Emma*, secretaría, 45 años.

Mi esposo hace fiestas todos los fines de semana.

Me casé hace 7 años y mi esposo siempre había sido fiestero, pero ahora en la cuarentena le digo que por favor deje el trago y la pachanga en pausa. Pero simplemente no hace caso, hace fiestas en mi casa todos los fines de semana y ya le dio el coronavirus a cinco amigos de él y aún así no hace caso.

Cada vez que hace sus fiestas me encierro en la recámara de nuestra hija de un año, pero yo tengo que limpiar los siguientes días el tiradero, las colillas de cigarro y hasta los vómitos en el baño. Tengo miedo de contagiarme.

Hemos peleado mucho y yo quiero regresar a casa de mis padres, pero cuando no ha tomado él es muy lindo conmigo y nuestra hija, incluso, trata de compensarme por sus fiestas. He notado que cuando bebe o está con sus amigos, es otra persona, cambia mucho y parece que nada le importa.

Yo no trabajo porque cuido a la nena, y dependemos completamente de él. No le he dicho nada a mis amigas, ni familiares pues no quiero hacer el problema más grande. Él dice que me ama y que está aburrido de la cuarentena, y que las fiestas son su manera de no volverse loco, pero yo soy la que ya no puedo más.

Chío*, ama de casa, 21 años.

Sabemos que esta esta pandemia ha venido a mover toda nuestra rutina y a incrementar más el trabajo en casa, así que si no estás planeando un embarazo en estos momentos, cuentas con Fundación Marie Stopes por si necesitas un anticonceptivo de largo plazo o acceder a una interrupción legal del embarazo.

Recuerda: autocuidado, tú bienestar es primero.

Por Guadalupe Camacho, @Lupichick, periodista y académica mexicana