Sólo en una comunidad de Sinaloa están embarazadas o en lactancia 22 jovencitas de 16 años en promedio.

La maternidad a edades cada vez más tempranas, más que un problema social es también de salud pública, según la opinión de una médica de la entidad.

Descubrir este fenómeno no es una tarea complicada, cuando las menores acuden en busca de diversos métodos anticonceptivos al Centro de Salud “Es una problemática generalizada, porque aunque parezca un tema muy trillado, los padres no informan a sus hijos, por cuestiones culturales; los jóvenes por miedo o vergüenza tampoco vienen con el médico, además acceden a presiones de la pareja o de los mismos amigos que les cuentan su experiencia y los empujan a tener relaciones sexuales. El problema es que no se cuidan de un embarazo o de alguna penosa enfermedad”, explicó.

Lo lamentable, dijo, es que toman a juego las pláticas de salud sexual y reproductiva y se ve reflejado que no les interesa. Detalló que en la unidad de salud del ejido Bachomobampo Dos, comunidad de alrededor de mil 500 habitantes, hay alrededor de 22 adolescentes entre embarazadas o en lactancia.

La edad promedio de embarazadas es de 16 años, pero inician su vida sexual activa a la edad de 13 años, incluso cuando apenas inician la menstruación.

“La cifra es alarmante y se ha informado al sector salud mediante diferentes informes, quienes a su vez nos piden que orientemos a los jóvenes sobre todo los problemas a los que se pueden enfrentar, y se hace, trabajamos mucho en eso pero con poca respuesta de ellos”, aduce.

Encuesta

En una encuesta realizada por EL DEBATE de cien personas entrevistadas, el 80 por ciento dijo conocer a una joven convertida en madre entre los 14 y 18 años; en el mismo número, el 60 por ciento dijo conocer a una adolescente embarazada en un promedio de edad similar.

Al preguntar de alguna joven menor de 18 años que viva con pareja, el 70 por ciento contestó afirmativamente; mientras que un 70 por ciento dijo conocer a alguna joven menor de 18 años utiliza métodos anticonceptivos.

El impacto de este problema social se recrudece en el ámbito educativo, pues es muy común ver a estudiantes en estado de gravidez, tal como se constató por la encuesta realizada por esta empresa, donde el 60 por ciento dijo conocer a una adolescente menor de 18 años que combina la escuela con su maternidad.

Un 73 por ciento dijo conocer a alguna mujer adolescente de entre 14 y 18 años que se vio obligada a abandonar los estudios por un embarazo.

La estadística se mantiene por encima del 68 por ciento entre las personas que conocen a alguna joven en edades similares que haya sufrido algún aborto.

También en forma negativa, un 74 por ciento de los entrevistados dijo conocer a alguna joven de la misma edad que tuviera alguna complicación de salud después de un embarazo, como hipertensión a causa de preclampsia.

Finalmente, en esta encuesta se respondió en un 44 por ciento que es el Sistema DIF la institución más conocida en brindar apoyo a madres adolescentes y adolescentes embarazadas, pero el 32 por ciento no conoce a ninguna institución para ello, o simplemente no contestó.

Maltrato en casa

Una alternativa para impedir el embarazo en jóvenes adolescentes lo conformaría la unión equilibrada de los valores  y la sexualidad, pues el desequilibrio con que actualmente se maneja, no permite inhibir esta práctica que se ha convertido en un complicado problema social y generacional consideró el psicólogo Mario Mancillas Peñuelas.

“Este tema no ha sido considerado como una problemática de primer orden, reduciendo su atención a programas superficiales de orientación hacia la adolescencia”.

Por eso, añadió, es necesario un equilibrio entre la enseñanza de valores y orientación sobre la sexualidad a los adolescentes.

Existen varias circunstancias para que estos actos prevalezcan y, lejos de disminuir, crezcan con el paso del tiempo, según señala el también director del Instituto de Investigación, Capacitación. y Psicoterapia.

“Eso que ellas están viviendo ya lo vivieron sus padres, sus tías. El hecho de que una niña se vaya con un adulto o quizá otro adolescente es algo común. El adulto lo ve como algo diferente pero ellos lo ven normal. Hemos fallado en enseñar nuevas formas de vida a nuestros niños, pero no les enseñamos que puede existir una sexualidad y juventud de manera digna. Hemos fallado en enseñar estas parte de los valores, de la formación más que de la información”, expuso.

Una de las causas del embarazo en adolescentes es el maltrato doméstico que viven esas niñas; como hijos lo sufren mucho y es muy muy probable que lo vayan a reflejar con el fin de salir de sus problemas, poniéndose de novios, se juntan y tienen relaciones sexuales en donde ellas ven el ofrecimiento a su salvación, y como no hay educación sexual, tienen relaciones sexuales que habrán de terminar en un embarazo prematuro, agregó.

A manera de recomendación, manifestó que debe existir una perfecta comunión de los padres con sus hijos y que los primeros no sigan considerando a los segundos como unos niños todavía, que sean padres realmente y no amigos.

Existe tecnología y en ello también los padres deben actuar para saber qué hacen en sus computadoras y a los adolescentes que sean más conscientes, que sepan que si hacen un acto adecuado habrá consecuencias adecuadas.

Con información de El Debate

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