Compartimos este testimonio de aborto con todo lo que la chica sintió antes, durante y después de su proceso. Ella lo comparte con todas para poder ayudarlas si están pasando por algo similar.

Tomé la pastilla del día siguiente.

Tengo 24 años y soy del Estado de México. Todo comenzó cuando, en una ocasión tuve una relación de riesgo, pero tomé la pastilla del día siguiente, así que no me preocupé.

A los días siguientes llegó mi periodo conforme a lo esperado y todo bien, supuse que ya no había riesgo alguno. Pero pasó el mes y cuando tenía que llegar mi siguiente periodo, no llegaba. Se me hizo raro porque yo suelo ser muy regular, pero supuse que tenía que ver con la pastilla del día siguiente, así que lo dejé pasar.

Pasó una semana y nada, comenzaba a preocuparme, pero me seguía convenciendo de que no pasaba nada, no era posible porque yo me había tomado la pastilla y además me había bajado días después y realmente nunca tuve síntomas, más que el retraso del periodo. No tenía náuseas ni nada por el estilo, así que investigué y leí que lo «normal» era que se atrasara el periodo hasta por dos semanas, así que me dejé convencer por eso, pero la ansiedad era cada vez peor, además de que comenzaba a tener dolor de pechos y los veía más grandes (soy de busto muy pequeño, así que era notorio) así que llegó el día 10 y decidí ir a hacerme una prueba de sangre.

La prueba de embarazo.

Los resultados me los dieron el mismo día por la noche, al principio no entendí nada porque eran puros números y no los supe interpretar, pero vi que había una lista donde hasta arriba decía «no embarazo» y abajo habían otros valores, así que me dejé llevar y me hice a la idea de que los resultados eran negativos, respiré.

Le envié los resultados al chico con el que había tenido relaciones y él me dijo que tenía aproximadamente 4 semanas de embarazo. Se me paró el mundo. Le dije que era imposible y me pidió que volviera a leer los resultados (él tampoco les entendió del todo) Envié mensaje a una clínica ILE y les pasé mis resultados, en efecto, me confirmaron que los resultados eran positivos.

Tomé la decisión de un aborto.

Siempre he estado a favor del aborto, pero nunca en mi vida imaginé que yo fuera a pasar por eso, porque nadie nunca quisiera pasar por eso y esta vez me tocaba a mi. Yo siempre he estado empapada del tema, así que sabía a dónde acudir.

No lo pensé ni un instante e inmediatamente me comuniqué con Marie Stopes para agendar una cita.

Yo vivo con mi familia y aunque se digan «modernos» la verdad no tuve la confianza de decirles lo que me sucedía y lo que menos quería era que ellos se enteraran, especialmente porque el chico de quien me embaracé no es mi pareja, ni nada, sólo salimos de vez en cuando y me daba miedo que mi familia me juzgara. Por estas razones, abortar por medio de medicamentos, no era una opción, pues no tenía un lugar en donde hacerlo sin que se dieran cuenta, así que decidí que sería por el método AMEU.

Así fue el proceso en la clínica.

Al día siguiente, acudí a mi cita con el chico con el que salía, pues, aunque no éramos pareja ni nada, él sabía que también era su responsabilidad y nos apoyamos mutuamente en todo momento.

Llegamos a la clínica y resulta que tontamente había hecho cita para el procedimiento con pastillas y no para el método AMEU, de nuevo sentí que se me desmoronaba todo porque yo necesitaba hacer la interrupción ese día, no podía otro porque tenía un viaje con mi familia y si no quedaba ese día, podían sospechar y mucho menos podía hacerlo con las pastillas, pero tuve mucha fortuna y me pudieron abrir cita ese mismo día en su otra clínica para hacer la interrupción por aspiración.

Nos dirigimos a la otra clínica. Cuando llegamos, sentí mucho miedo. Me daba pavor el hecho de que algo saliera mal. Además de que me sentía mirada, juzgada, pero el chico con el que estaba siempre me hizo sentir segura y, aunque él también moría de miedo, me dio ánimos y todo el tiempo me dijo que lo que yo decidiera, él lo apoyaría.

En fin, llegué a la puerta, el oficial de la entrada me pidió mi número de expediente y me dio acceso. Debo recalcar que desde ese primer momento con el señor, me sentí segura porque no sentí que me juzgara ni nada por el estilo.

Al entrar y encontrarme con el resto de las chicas que trabajaban ahí, me hizo sentir como en casa. Todas eran muy lindas y atentas. Yo moría de miedo, pero ellas me ayudaron a controlarlo. Pasé a consulta, me preguntaron si quería ver al producto en el ultrasonido, pero la verdad no quise, así que sólo me dijeron que tenía 5 semanas de embarazo. Me explicaron en qué consistía el método que elegí, como elegí el paquete más «sencillo » solo con anestesia local, sin rodeos me dijeron que sí era doloroso (soportable, claro) pero que dependía mucho de que yo pusiera de mi parte.

Me preguntaron de nuevo si quería segur con la interrupción y sin pensarlo dije sí. De nuevo el miedo y los nervios me invadieron. Me pasaron a una sala y me dieron unos medicamentos, me quedé en espera en lo que hacían efecto y me puse la bata de operación. Cada cierto tiempo iban a preguntarme cómo estaba, si todo bien, etc. Todas muy lindas y amables. Por fin llegó el momento de pasar a la sala, mis piernas temblaban.

Me acosté, me explicaron lo que harían, me inyectaron y comenzó el procedimiento. Las doctoras y enfermeras me comenzaron a distraer haciéndome la plática, debo decir que estaba tan nerviosa, que cada que había silencio yo volvía a preguntarles algo solo para que no dejaran de hablarme, de alguna manera me hacían sentir más segura así.

Era extraño, sentía como me movían algo dentro, pero la verdad es que nunca sentí dolor. Pasaron los minutos y escuché un «listo pequeña» me sorprendí y solté un ¿qué? ¿Tan rápido?» «Sí, lo hiciste muy bien» contestó. Quería llorar de la felicidad. Estaba a salvo y todo gracias a ellas.

Les di las gracias y volví a la sala para recuperación. Finalmente cuando me sentí mejor me fui. Todo fue muy extraño. Honestamente, creí que sería una experiencia muy traumante y que me sentiría fatal, pero la verdad para nada fue así. Siempre lo voy a decir, afortunadamente caí en el mejor lugar y les voy a estar agradecida toda la vida. De principio a fin me hicieron sentir segura, el proceso salió increíblemente bien y no me dolió.

Me sentí aliviada tras el aborto.

Nada pudo ser mejor, pues aunque desearía con toda mi fuerza nunca haber pasado por eso y nunca volver a vivirlo, gracias a ustedes todo salió bien.

Después de salir, el chico que me esperaba afuera también volvió a respirar, estaba muy asustado. Regresamos cada quien a casa, donde tuve que fingir que había tenido un día normal.

Por más que reflexione, por más que pienso y pienso y le doy mil vueltas al asunto, nunca me sentí mal de haber abortado. Jamás lo dudé ni un poco. En cuanto me supe embarazada sabía que es lo que debía de hacer porque no quiero ser madre y menos estoy lista para serlo. Tuve un error, como cualquiera lo puede tener y no por eso debemos condenarnos o condenar a alguien más toda la vida.

Pasaron los días y yo me sentía bien, es decir, me sentía normal «como si nada». Me preguntaba ¿cuándo me va a llegar la tristeza de haber abortado? Pero eso nunca llegó. Incluso, me llegué a sentir culpable por el hecho de no sentirme mal, me pregunté si algo estaba mal conmigo que simplemente no me había dolido. Pero luego entendí que no siempre tiene que ser así. Todas las que hemos pasado por esto, lo hemos hecho en diferentes condiciones, por distintos motivos. Y entendí que no estoy mal por no sentir culpa porque realmente no hice nada malo.

Hay muchos tabúes entorno al aborto y yo solo quiero decir que, independientemente de los motivos, sólo nosotras sabemos por qué lo hacemos y sólo nosotras somos las que debemos decidir por nuestro cuerpo. No hay por qué sentir culpa, al contrario, es una decisión muy valiente.

Espero de todo corazón que nadie tenga que pasar por un aborto, pero si deciden hacerlo, que sea una decisión libre e informada, y que sea siempre en un lugar confiable y seguro.

Lo repito, siempre le voy a estar muy agradecida a esta clínica por ser mi lugar seguro.

Recuerda que en Fundación Marie Stopes estamos para apoyarte, para acompañar tus decisiones sin ningún juicio ni cuestionamiento. Para nosotras tu seguridad y tranquilidad son lo más importante.

Contamos con subsidios si no cuentas con los recursos, solo llámanos al 5555430000.