Conocí a Bety en las aulas del postgrado y no recuerdo si nos sentamos juntas o compartimos algunos comentarios de clase, pero terminamos siendo amigas desde entonces. (ya han pasado 15 años). Mi amiga ahora con 38 años y una colección de más de 30 relaciones con hombres de todos tipos: altos, de baja estatura, delgados, gorditos, buena onda, mala onda, “godinez”, fresas, simpáticos y otros arrogantes.

“En mi primera relación sexual con Toño —tenía aproximadamente 17 años— no sabía nada de anticonceptivos y habíamos tenido sexo varias veces, pero justamente tuvimos un encuentro en mis días fértiles; estaba muy nerviosa después porque no habíamos usado ningún anticonceptivo (siempre utilizábamos el preservativo), pero esta vez nos ganó ‘lo caliente’”. dice mi guapa amiga durante nuestra caminata hacia el parque para darle unas vueltas y mantenernos en forma.

Entonces, continúa su relato, platicando con una compañera del salón, me recomendó tomarme tres pastillas anticonceptivas al día hasta que me ‘bajara’ y así lo hice, fue fatal para mi cuerpo porque tenía mucho dolor de cabeza, náuseas y un humor horrible, pero funcionó y como al sexto día me vino el periodo.

“Las pastillas las compré en una farmacia, sin receta médica y en mis tiempos no había píldora del día después así que me enteré que todas usaban esa forma de prevención. Al paso del tiempo he tenido mayor conocimiento de mi cuerpo y de la anticoncepción”, me dice.

Por ejemplo, afirma, ahora entiendo que el sexo es por placer, no es una obligación del noviazgo. Y que puedo tener encuentros con personas que no ame, que sólo me interesen para tener orgasmos y nada más.

“He tenido muchos novios, y aún no encuentro una pareja definitiva. Creo que tiene que ver con mi madurez, porque cada vez me pongo más exigente y todavía hay muchos hombres que son machos, otros que son arrogantes y unos más que tienen ‘mamitis’”, comenta Bety.

Mi amiga espera que este año conozca a un hombre especial con el que pueda tener un hijo, pero mientras ese momento llega: trae puesto el DIU—ya ha pasado por el condón, las píldoras, el parche y el anillo vaginal—.

“Con el primer novio que tuve relaciones sexuales duré sólo diez meses, con otros apenas unos tres meses (algunos me mandaban a volar o yo a ellos). El amor es pasajero”, dice.

Recuerden que el amor y el deseo no siempre vienen juntos, y que tienen muchas posibilidades de anticoncepción para disfrutar del sexo con quien te plazca.

Con información de Guadalupe Camacho, periodista y académica mexicana]]>