Ante la certeza de que los casi 10 mil embarazos anuales en niñas menores de 15 años en el país significan maternidad forzada, el Consejo Nacional de Población (Conapo) advirtió que en 60% de los casos, el progenitor es adulto y, de éstos, el 5% fue un hombre de 25 a 30 años de edad, y en otro tanto, mayores de 35 años.
En el contexto de la campaña para prevenir el embarazo en adolescentes, funcionarios miembros de la estrategia nacional en la materia difundieron mensajes para advertir que la violencia sexual sigue ocurriendo en lugares supuestamente confiables, como el hogar y la escuela.
En la Ciudad de México, cada día se registran más de mil nacimientos de madres menores de 19 años, esto es 17.4 por ciento del total nacional.
La tasa de fecundidad en adolescentes pasó de 74.3 embarazos por cada mil mujeres de ese rango de edad, en 2015, a 68.5 en el año en curso, según el Conapo, lo cual la coloca en el séptimo lugar de América Latina, región sólo superada por África.
Igualmente, los más altos niveles de fecundidad se encuentran en niñas que viven en entidades con altos porcentajes de población hablante de lengua indígena.
Los estados con las tasas de fecundidad más altas son Coahuila, Chiapas, Nayarit, Campeche y Michoacán.
Gabriela Rodríguez, titular del Conapo, destacó la problemática que enfrentan las más chicas.
Hoy se registran, precisó, 9 mil 876 embarazos anuales de niñas menores de 15 años.
Uno de los factores que propicia embarazos en niñas menores de 15 es la violencia sexual. Por ello hablamos de maternidad forzada, dijo.
Aunque existe poca información al respecto, por la dificultad de expresarlo o denunciarlo, 9% del total de las mujeres mexicanas declara haber sufrido violencia sexual en su infancia.
Pese a ello, la situación no es suficientemente expuesta.
En 40% de las niñas embarazadas entre 10 y 14 años, se observa que el progenitor era otro adolescente, de 15 a 19 años, esto es, una relación horizontal, pero en 23%, la niña fue embarazada por un adulto de 20 a 24 años, en 5% un hombre de 25 a 29 años y “hay casos de progenitores de niñas que son hombres mayores de 35 años, en 5%, detalló Rodríguez.
En los mensajes de esta campaña nacional se apela a la responsabilidad de todos los integrantes de la sociedad: Todas y todos somos responsables de evitar la violencia hacia niñas y adolescentes.
Como se ha difundido, el embarazo en niñas y adolescentes, además de representar potenciales episodios de abuso sexual, es también factor, al menos en 16.3 por ciento de las menores, de abandono de los estudios, así como el matrimonio.
Aunque a partir de este año el matrimonio de una menor está prohibido en todo el país, los reportes del Conapo indican que todavía una quinta parte de las mujeres se casaron antes de cumplir los 18 años; los mayores índices de esa situación se dan en Guerrero, Tabasco y Chiapas.
Las autoridades ponen a disposición de las familias el servicio 911 para denunciar casos de acoso y violencia sexual.
También está la NOM 046 para que las niñas y adolescentes que deseen interrumpir un embarazo, producto de violencia sexual, puedan hacerlo. Esta Norma aplica para todo México.
Con información de La Jornada