A María le gusta mucho bailar, jugar con sus amigas y ver videos divertidos en TikTok. Siempre le ha gustado la idea de ser veterinaria, pero todavía no sabe si lo hará o cuándo podrá hacerlo. María está por cumplir 16 años; y aunque le hubiera gustado ir a la salida de secundaria de su escuela, no podrá hacerlo porque está embarazada y su cesárea se encuentra programada 2 días antes de su evento escolar.

María tampoco entrará a la preparatoria el próximo ciclo escolar.

Hemos inventado la historia de María; sin embargo, esto no quiere decir que sea falsa. De acuerdo con cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), a diario 20,000 mujeres menores de 18 años dan a luz en países en desarrollo (como México). 

Esto quiere decir que cada año hay más de 7 millones de partos cada año; sin embargo, estas cifras no consideran aquellos embarazos perdidos o interrumpidos, por lo que los números de los embarazos adolescentes en el mundo son estratosféricos.1

Existen miles de adolescentes que recién comienzan su vida sexual y ya sea por una educación sexual nula, escasa o llena de tabús; contar con pocos recursos económicos; no poder acceder fácilmente a métodos anticonceptivos; o, desafortunadamente, ser víctima de violencia o por un sinfín de razones más… sucede un embarazo no planeado.

El encontrarse con un embarazo a temprana edad puede tener un gran impacto en la vida y desarrollo de miles de adolescentes en todo el mundo; y desafortunadamente, esta es la realidad de alrededor de 350,000 mujeres mexicanas de entre 10 y 19 años.2

La maternidad temprana y las limitantes de crecimiento

En el marco del Día de la Prevención del Embarazo adolescente, es necesario reforzar la idea de que la maternidad temprana limita el crecimiento educativo, personal y profesional de las adolescentes. La mayoría de ellas se verá forzada a abandonar la escuela y con esto, sus oportunidades dentro del mercado laboral disminuirán de manera considerable.

Así mismo, la condición de las adolescentes embarazadas las obliga a reforzar las brechas de género al depositar en ellas la responsabilidad de la crianza y cuidado del infante. Y no solo eso… considerando que muchas de las adolescentes con embarazos no planeados se encuentran inmersas en situaciones de pobreza; entonces el embarazo adolescente y la maternidad anticipada las orilla a continuar dentro de estos contextos adversos para su desarrollo, crecimiento y superación.

Educación sexual para disfrutar, anticonceptivos para prevenir, aborto legal para decidir

El UNFPA señala diversas medidas para prevenir embarazos en adolescentes. Estas se enfocan principalmente en el impulso de una educación sexual de calidad a la que toda mujer adolescente pueda tener acceso.

Sin duda, la herramienta más valiosa para hacer frente a este problema de salud pública es el empoderamiento de niñas y adolescentes a través de la educación sexual. Y hablamos del empoderamiento en el sentido de proveer educación sexual libre de tabúes que sea capaz de transmitir el mensaje de la prevención; y, al mismo tiempo, hablar de placer, consentimiento, límites, vínculos sanos y del poder de decidir.

Las y los adolescentes deben comprender, a través de programas educativos, que iniciar su vida sexual requiere de responsabilidad. Y que gracias a las opciones anticonceptivas que existen, abrir la puerta a la actividad sexual también es un ejercicio de libertad y placer.

En este sentido, es imprescindible comenzar a cambiar los esquemas de enseñanza de la sociedad y no solo en la escuela, sino desde casa. La educación sexual debe estar presente en todo el desarrollo humano y debe adecuarse a cada una de las etapas de crecimiento desde la infancia. Educación sexual no es llamar “pajarito” al pene o “colita” a la vulva.

El acceso a métodos anticonceptivos

Parte de la educación sexual para las y los adolescentes, debe incluir el hablar sobre la NOM-047 que es una Norma Oficial Mexicana expedida por la Secretaría de Salud Federal. Esta norma respalda el acceso a métodos anticonceptivos a menores de edad sin la necesidad de acudir con un acompañante mayor de edad. 

Hoy día, existen opciones anticonceptivas de largo plazo que se convierten en métodos sumamente efectivos para prevenir; ya que son capaces de evitar un embarazo no planeado en cualquier momento, así la persona se encuentra siempre protegida. Algunas de estas opciones son:

• Los Dispositivos Intrauterinos (DIU): Que se colocan dentro del útero y pueden ser de cobre o de plata. Además, tienen sus versiones «mini» para mujeres que no han tenido hij@s; los DIU’s son métodos efectivos que protegen desde 3 hasta 5 años y también son muy accesibles.

• Los Sistemas Intrauterinos (SIU): Estos dispositivos también se colocan dentro del útero y funcionan gracias a hormonas que actúan de manera localizada en el interior del útero. Tienen una efectividad mayor al 99% y protegen desde 3 hasta 5 años.

• Los implantes anticonceptivos: Estos son unos pequeños tubitos que se colocan dentro del brazo y liberan hormonas que previenen un embarazo. Son sumamente efectivos y protegen por 3 y hasta 5 años.

De manera que, cualquier adolescente desde los 12 años puede acercarse a instituciones de salud para encontrar una opción anticonceptiva ideal para su cuerpo, si es que quisiera un anticonceptivo de mediano o largo plazo; o bien, puede acudir a cualquier centro de salud para obtener preservativos de manera gratuita.

Aun con estas opciones, nos encontramos un nuevo problema: miles de adolescentes no pueden acceder a métodos anticonceptivos, lo que pone sobre la mesa un nuevo y grave desafío: proveer opciones anticonceptivas a niñas y mujeres de comunidades marginadas.

El camino por recorrer y la libertad de decidir

Sin duda alguna, aún falta mucho por hacer para lograr un impacto positivo en las cifras del embarazo adolescente. En nuestro país, desde 2015 se puso en marcha la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), que busca llegar al año 2030 con una reducción de 50% en la tasa de embarazos en mujeres de 15 a 19 años y con la erradicación de los embarazos en niñas de 14 años o menos.

Junto con esta iniciativa, existen muchos actores públicos, sociales, insititucionales, educativos y demás, que poco a poco seguiremos trabajando por permitir a las y los adolescentes un mejor desarrollo y un pleno disfrute de su vida y salud sexual. 

Todas las adolescentes también deben saber que tienen derecho a una maternidad elegida y en ellas está la decisión de continuar o interrumpir un embarazo no planeado. Para esto, también es necesario comunicar sin tabús, con transparencia y con empatía los derechos a los que tienen acceso.

Porque las niñas deben ser niñas, no madres.

Antes de irnos, te compartimos una de nuestras campañas sobre maternidad por decisión:

1 Embarazo en adolescentes. (2017, octubre 2). UNFPA Mexico. https://mexico.unfpa.org/es/topics/embarazo-en-adolescentes

2 Guillén, B. (2022, agosto 31). 1.000 embarazos de adolescentes al día: México se estanca en uno de sus grandes retos demográficos. Ediciones EL PAÍS S.L. https://elpais.com/mexico/2022-08-31/1000-embarazos-de-adolescentes-al-dia-mexico-se-estanca-en-uno-de-sus-grandes-retos-demograficos.html

Con información de UNAM, ENAPEA e IPAS.

Texto escrito por Elba Loera (@elba_loera).