El amor romántico son todas las ideas o creencias, construidas socialmente, que nos dicen cómo debemos actuar en una relación de pareja y cuáles son las expectativas que debemos tener de la misma.

Estas ideas nos llegan a lo largo de nuestra vida de manera constante y por diversas vías, por ello, las hemos naturalizado.

Es importante mirar que las ideas del amor romántico generan relaciones desiguales e incluso violencia.

Existen muchísimas ideas que conforman al amor romántico, algunas de ellas son:

La creencia de la media naranja.

Siempre se nos ha dicho que somos medias naranjas y que nuestra otra mitad o complemento, nos está esperando en algún lugar del mundo, le busquemos o no, llegará. Esta idea se sostiene en argumentos que es importante debatir; por ejemplo ¿acaso somos medias personas?, ¿por qué se nos mira como seres completos solo si tenemos una pareja? La realidad es que somos personas completas, no existe una única persona predestinada a ser nuestra pareja y a lo largo de nuestra vida podemos tener muchas relaciones.

El amor súper poderoso.

Creemos que el amor todo lo puede, usualmente escuchamos o nos decimos frases como: “¿hay un problema? no importa, hay amor y él lo solucionará”, “es una persona violenta, pero no importa, cambiará porque me ama”. Estas ideas nos dicen que no importa absolutamente nada (ni violencias) porque el amor transformará todo, ya que es lo más importante. Debemos comenzar a separar la extraña vinculación que hemos hecho entre el amor y la violencia. Simple, si hay amor no hay violencia.

Mi amor, mi mundo.

El amor romántico nos ha hecho creer que la relación más importante es la de pareja, no importa si se trata de una relación de un día o de años, siempre será la prioritaria. Solemos jerarquizar nuestras relaciones colocando en la cima a nuestra relación amorosa con otra persona, dejando incluso a un lado la relación con una misma. Y digo “una misma” porque a las mujeres (debido a la construcción social de género y el rol que la sociedad nos asigna de cuidadoras y serviciales ante todo) esta idea les impacta de manera diferente, siendo ellas las que más desplazan quiénes son, sus intereses y proyecto de vida y colocan en el centro al resto de sus relaciones, pero sobre todo, su relación de pareja.

Miremos que estas ideas impactan de forma negativa en nuestro desarrollo personal y autocuidado, que el desplazamiento de una misma hacia periferias imposibilita la identificación de necesidades y la búsqueda de bienestar. Reflexionemos que somos muchas relaciones afectivas y que la principal de ellas debería ser con unx mismx.

La normalización de los celos.

Hemos normalizado en las relaciones la idea de la posesión y los celos, creemos automáticamente que una pareja implica posesión y agresiones relacionadas; la desconfianza se ha convertido en la norma. Es importante que miremos que todas las personas tenemos derechos a ser libres y a que nuestra privacidad se respete, que una relación no cancela nada de eso, y que por el contrario las relaciones también deben ser espacios en donde ejerzamos nuestros derechos.  Si bien los celos son emociones que quizá no podemos deshacer tan fácilmente, sí es necesario aprender a gestionarlos (identificarlos, trabajarlos, expresarlos respetuosamente) y comenzar a mirar la confianza y libertad como cimientos de nuestras relaciones.

Una relación sana es exclusiva y llega al matrimonio.

Cuando iniciamos una relación damos por sentado que será exclusiva y que el único fin es el matrimonio. Sin embargo, ni la exclusividad sexual ni el matrimonio son formatos naturales, más bien son ideas construidas socialmente. Cada persona y relación debería ser libre de elegir cómo desea que sea su relación. Así como también mirar que el matrimonio solo es una opción más y no una regla, que el éxito de las relaciones no se basa en “llegar al matrimonio” y que una ruptura no tendría entonces que mirarse como un fracaso.

A partir de todas las ideas compartidas podemos mirar que las relaciones construidas en ideas del amor romántico, se basan en la despersonalización, en el sacrificio, en alcanzar expectativas irreales y en dar por hecho cómo debe ser el proyecto de vida de las personas, principalmente de las mujeres.

Además de los impactos en el bienestar de cada persona estas ideas pueden imposibilitar salir de relaciones violentas: Si estoy con mi amor predestinado, si es el centro de mi vida, si no tengo otras relaciones, si mi proyecto de vida es esta relación ¿qué seré sin ella?”

Entonces, ¿qué hacer? No existe una receta mágica para eliminar de las relaciones al amor romántico, ¡y qué bueno!, la apuesta es que cada relación sea única, que construya, a partir de comunicación asertiva, diálogos que posibiliten la toma de acuerdos en los que el bienestar de las personas involucradas sea lo central; que todas las relaciones se construyan en respeto, confianza y corresponsabilidad; que todas sean decisiones y ejercicios de libertad.

Si tú, junto con tu pareja están avanzando en este sentido y ambos quieren ser corresponsables de su salud sexual y reproductiva, pueden comenzar con lo siguiente:

En Fundación Marie Stopes cuentan con nosotros.

Pueden agendar cita en línea o llamando al 5555430000