Usa condón.Aunque tú seas “virgen” y él/ella también, aunque te digan que eres la/el primero, es mejor prevenir a lamentar el contagio de una
infección de transmisión sexual, o lo más alarmante, puedes quedar embarazada sin planearlo pues desde el primer contacto con el líquido preseminal ya hay riesgo. No importa lo que te digan ¡usa condón!, así evitarás ambas cosas. Si más adelante continúas con tu vida sexual, será importante que contemples el uso de un
anticonceptivo de largo plazo.
2. No todas las mujeres sangran. Ni a todas les duele. Depende de la relajación, la lubricación, la anatomía de tu vagina y de si tu himen (la membrana que une el conducto vaginal y la vulva), no se había roto anteriormente, por ejemplo, andando en bicicleta. No debes sentirte avergonzada o frustrada si no sangras, todas las mujeres y sus cuerpos son diferentes.
3. El orgasmo es de quien lo trabaja. Es importante que conozcas tu cuerpo y tus zonas erógenas ¿qué sientes si te tocas aquí o allá? Es probable que, como es la primera vez, no sepas identificar un orgasmo, pero puedes tenerlo, el punto es que tu pareja y tú se estimulen poco a poco de tal manera que tú identifiques cuales tocamientos son los que te dan más placer. Poco a poco “sabrás trabajarlo”
4.“La puntita nada más”. Hacerlo «sólo la puntita» tiene el mismo riesgo de embarazos y de contraer enfermedades. Protégete y no te dejes llevar por el momento.
5. La posición, los brinquitos y el lavado vaginal son un mito. Si te dicen que con la postura de “la mujer arriba” no te embarazas, que si eyacula dentro de ti y das brinquitos el semen se va a salir, o que si te lavas inmediatamente ya no te vas a embarazar o contagiar, es totalmente FALSO. ¡Usa condón siempre!, y si van a repetir, o falló la erección, usa un condón nuevo por cada encuentro sexual.
6. Nadie puede presionarte a tener sexo. Es una decisión que tú misma debes tomar y de la cual debes estar completamente convencida. De igual forma, tener sexo no va a mejorar la relación o ayudarte a recuperar a tu pareja. Quien en realidad te quiere, JAMÁS te presionará (directa ni indirectamente) a hacer nada de lo que tú no estés segura. Con información de
Marie Stopes]]>