Afortunadamente, la lucha por garantizar el acceso a un aborto legal y seguro avanza cada vez más. Sin embargo, las buenas noticias sobre estos nuevos logros, hacen visibles conductas de acoso de diversos grupos opositores.
Estas organizaciones, se han enfocado en amedrentar, señalar, juzgar y culpabilizar a quienes deciden ejercer su derecho a decidir sobre la maternidad; esto, a través de acciones intimidantes en las que vulneran el bienestar de las mujeres que abortan.
Las leyes actuales que reconocen el derecho al acceso a un aborto de manera legal, libre y voluntaria, buscan procurar la salud de quienes deciden hacerlo y la seguridad de las profesionales de salud que lo practican; sin embargo, el hostigamiento que los grupos religiosos ejercen hacia las mujeres es una acción de acoso e intimidación.
El acoso.
Si bien, el aborto se encuentra despenalizado en 6 estados de la República al día de hoy; tanto en los hospitales públicos como en diversas clínicas, incluyendo las nuestras, donde se realizan procedimientos seguros y legales de aborto, diversos grupos opositores impulsan el estigma y ejercen violencia psicológica hacia quienes acuden por un servicio de salud. Estos esfuerzos, sin éxito, por buscar criminalizar el aborto, están basados en la subjetividad moral de grupos opositores.
¿Hasta qué punto estas manifestaciones pueden considerarse como muestras legítimas de la libertad de expresión? La realidad es que la libertad individual termina en donde empieza la libertad de los demás, y como tal, debemos empatizar y, sobre todo, respetar las decisiones de los otros. Es necesario entender que detrás de cada aborto hay un contexto diferente y lo único que debe preocupar sobre este tema, es el bienestar de quien lo necesita. Estas acciones de acoso deben acabar.
La discusión no es «aborto sí» o «aborto no».
Nunca es mal momento para retomar el tema: penalizar el aborto no disuade a las mujeres realizarlo; por el contrario, las expone a la clandestinidad y a riesgos para su integridad y salud. Es momento de dejar de romantizar el discurso de la maternidad y de buscar hacer creer que «las ganas de salir adelante» son suficientes para garantizar las condiciones óptimas de vida, salud y educación que implica la crianza, ya que claro… esto no sucede así en la vida real.
Aunado a esto, vale la pena recordar: la maternidad será deseada o no será; pues no basta con llevar un embarazo a término; sino también, es necesario entender que la situación de cada mujer es distinta. Las infancias felices y sanas serán resultado de una crianza respetuosa e íntegra. Desafortunadamente, miles de mujeres en el país se encuentran inmersas en círculos de violencia sexual y física, mismos en los que se ven obligadas a ser madres en contra de su voluntad; es por esta razón, que el acoso de los grupos también llamados «antiderechos» se convierte en un impulso para estas situaciones.
La discusión no es aborto sí o aborto no, va mucho más allá de eso. Debe basarse en la educación sexual integral, los métodos anticonceptivos y la prevención de embarazos no planeados. El cambio social y el debate debe ser planteado desde perspectivas sociales, económicas, legales y de salud, no desde ideales conservadores y sin empatía.
Pongamos un freno a la criminalización y señalamiento del aborto. Sigamos luchando por garantizar el bienestar de las mujeres que interrumpen un embarazo; al mismo tiempo, pongamos sobre la mesa el debate de las manifestaciones y la validez de la «libertad de expresión», pues al buscar mermar el libre derecho a decidir a través de acoso y hostigamiento, se vulnera el bienestar de las mujeres.
Hij@s por elección, no por azar.
La reconstrucción del concepto de la maternidad implica la libre decisión: es respetar a toda mujer sin importan que decida o no, ser madre. Entender a las mujeres como personas cuyo deber es cumplir con una función reproductiva, es un ideal obsoleto.
La realidad es que no, las mujeres no «quieren» abortar, las mujeres NECESITAN hacerlo y cualquier razón para decidir sobre sus cuerpos y sus vidas, es válida. En Fundación Marie Stopes celebramos las maternidades deseadas, libres y voluntarias; si no es el caso, siempre estaremos para ayudar a las mujeres que necesiten interrumpir un embarazo a hacerlo de forma completamente segura en un ambiente digno, de acompañamiento y respeto.
Tenemos una firme convicción que guía nuestros pasos… buscamos que cada nacimiento el el mundo sea deseado, porque los hij@s deben ser por elección, y no por azar.
«Ahora que recuerdo mi vida tan plena junto a ti, me doy cuenta de que todavía no estoy lista…»
Te invitamos ver el siguiente video para que conozcas nuestra campaña #HoyNo, sobre las maternidades elegidas:
Texto escrito por Elba Loera (@elba_loera).