Marie Stopes te recomendamos también realizarte el papanicolaou con regularidad, por lo menos una vez al año.   Conoce tu vagina Que no te de miedo ni pena hacerlo. Una vez a la semana revísala con un espejo y observa si hay cambios en la coloración de tu piel, mal olor o alguna protuberancia. En caso de notar alguna anomalía debes acudir con tu ginecólogo; sólo él te podrá decir qué tratamiento seguir.    ¿Te limpias bien? Recuerda asear siempre la zona perineal de adelante hacia atrás para no arrastrar gérmenes desde el ano hacia la vulva.   Sin perfumar tu zona íntima Evita las toallas y tampones que contengan aromas porque sólo te provocarán rozaduras e infecciones a largo plazo.   Al lavar tu vagina Utiliza los dedos y pásalos con suavidad por los pliegues de los labios mayores y menores, y alrededor del clítoris. Olvídate de utilizar esponjas porque sólo se generará un nido de gérmenes.   Secar Los cuidados no terminan cuando terminas de lavar tu vagina, secarla bien es fundamental. Solo así reducirás al mínimo los riesgos de desarrollar infecciones o padecer hongos.   La importancia de orinar Orinar después de haber tenido relaciones sexuales es importante porque algunas bacterias podrían introducirse al cuerpo por medio de la uretra, que está conectada con la vagina, y provocar infecciones.   Huye de los desodorantes íntimos Además de ser potencialmente irritantes y alergénicos, pueden enmascarar un síntoma, el mal olor, que podría ser indicio de una afección que precise tratamiento.   Mondragón Alcocer recalca que los cuidados de la vagina son diarios y si observas en ella cualquier cambio, no dudes en acudir con un ginecólogo que la valore y determine el tratamiento a seguir.   Con información de Actitud Fem.]]>