despenalización del aborto, al menos en la Ciudad de México, ha generado controversia por los distintos discursos religiosos y el bagaje cultural que hemos cargado con el paso de los años. Filósofos, científicos, médicos y demás estudiosos se han dispuesto a analizar una situación que no sólo pone en riesgo la vida de miles de mujeres anualmente alrededor del globo por realizarse en la clandestinidad, sino que ha desatado polémicas muy específicas. Estos argumentos te harán entender que no es tan malo como creíamos. Las leyes que prohíben el aborto no detienen que esta práctica se lleve a cabo. Orilla a cientos de mujeres, sobre todo aquellas de escasos recursos que no cuentan con los medios para hacerlo en un lugar seguro y que recurren a remedios caseros que ponen en riesgo su vida. Es muy común escuchar que es una irresponsabilidad embarazarse en estos días, pues hay una enorme cantidad de métodos anticonceptivos, sin embargo, la educación sexual muchas veces no llega a ellas porque sigue siendo un tabú. Gustavo Ortiz Millán del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México, previo a la despenalización del aborto, estuvo junto a un grupo de filósofos en una mesa de debate donde estos argumentos resaltaron por su congruencia. Todos y cada uno se van hilando para forjar una opinión concreta.   Es un problema moral pero no desde el punto de vista religioso Diversos diccionarios definen a la moral como algo relativo a las costumbres y comportamientos del ser humano ya sean buenas o malas según la ley. Si al aborto se le otorgan facultades desde un punto conservador y por ende religioso, dificulta el análisis desde otro que no sea el dogmático. Mientras que los liberales mencionan que no debe verse como un asunto moral, sino como uno social y de salud pública. Pero el aborto entra en los problemas morales si lo vemos desde un punto ético-laico, debido a que las leyes que lo castigan no cumplen con su objetivo: tener consecuencias positivas para una comunidad. En este caso aplica para las mujeres, en la criatura no deseada y en la sociedad, por lo que sí es un problema moral. Si nos ponemos a pensar y concebimos la moralidad como un sistema de valores y normas que buscan el bienestar de los individuos dentro de la sociedad, y la penalización no lo promueve, entonces esa ley es inmoral.

41 millones de mujeres se enfrentan a un embarazo no deseado y deciden practicarse un aborto, de las cuales 20 millones se ven orilladas a hacerlo mediante la clandestinidad arriesgando su salud y hasta su vida.
  La penalización está en contra de los derechos de la mujer El gobierno reconoce a las mujeres como agentes morales autónomos, pero penalizar el aborto niega que lo sean, pues al no poder reconocer que pueden decidir sobre su cuerpo, a planear sobre su vida y futuro, Ortiz Millán considera que la mujer no tiene que sacrificar su libertad, autonomía, privacidad, dignidad, integridad corporal y su vida a futuro por un código penal que infringe en esto al criminalizar el aborto. Luigi Ferrajoli menciona que en Italia el número de abortos disminuyó tras la despenalización y sobre todo la desdramatización. Si existiera una mayor educación y una menor criminalización, crecería la conciencia y la responsabilidad sobre la procreación.
Muchas de las mujeres que optan por el aborto clandestino o los remedios caseros, son aquellas que ya tienen hijos y que no pueden mantener a uno más, son incapaces de darle el futuro que quisieran.
  Es un problema social Si bien ya sabemos que las mujeres que viven en la pobreza son aquellas que recurren al aborto, esos hijos que crecen sin educación, recursos económicos y atención debida. Pasan a ser parte de aquellos denominados como “niños de la calle”, propensos a caer en la delincuencia organizada y otras prácticas como la drogadicción. Por otra parte, el aborto ilegal es la tercera causa de muerte materna por las prácticas caseras y clandestinas que ponen en riesgo la vida de miles de mujeres al año. John Mill afirma que para la crianza de un hijo no se necesita sólo de recursos sino de la disposición para darle alimento, vestido y una educación y guía que enriquezca su espíritu, que forje seres humanos que aporten algo a la sociedad.   La adopción no es una solución real Es muy común escuchar que es mejor darlos en adopción, sin embargo, no es una solución real. En Estados Unidos se ha demostrado esta postura, en el 2003 más de 14 mil niños fueron cedidos para adopción, de los cuales la mayoría eran hijos de afroamericanos e hispanos. Los que tienen los mejores recursos e intenciones para adoptar son blancos, por lo que deja un gran número de niños sin hogar. Pero en México los vacíos legales y la burocracia dificulta que esos niños tengan una familia. En el 2007 el DIF tenía en custodia a más de 11 mil menores de los cuales sólo 517 fueron adoptados, debido a que no reunían las condiciones. Además la discriminación por defectos físicos, discapacidad o rasgos indígenas hace que aumente la cantidad de pequeños sin hogar.   El aborto legalizado disminuye el crimen Si bien esta teoría no es una constante comprobable, Steven Levitt y John Donohue realizaron un estudio llamado “El impacto del aborto legalizado en el crimen”. En Estados Unidos se redujeron los embarazos no deseados a causa de la legalización del aborto en los 70, éste parece ser el principal factor tras la reducción de la criminalidad que se observó en ciertas zonas durante los 90. Levitt y Donohue consideran que el hecho que los hijos nazcan en un entorno donde lo desean, asegurará que la crianza sea mejor y donde el amor materno exista disminuirá los problemas de criminalidad o de inadaptación.   Criminalizar el aborto colapsaría el sistema penitenciario Si nos ponemos a pensar que el aborto debe de ser castigado con cárcel, la mujer no sólo cumpliría una condena, sino el equipo médico, enfermeras, parteras, curanderas y demás personas que se involucran al realizar un aborto clandestino. Ahora, el sistema penitenciario en México tiene enormes irregularidades, existe la sobrepoblación y al tomar en cuenta la cantidad de gente inmersa en ello colapsaría por completo. Está comprobado que los mexicanos no denuncian casos como la práctica ilegal del aborto pero si así fuera, se perseguiría más este tipo de situaciones que las que realmente se deben de castigar. Por eso la penalización facilita muchas cosas y se busca solamente lo necesario.   El feto no es una persona No hay un concepto científico y comprobable de que el feto pueda ser considerado como una persona. Es inmoral reconocer que el producto tenga más derechos que una mujer que cumple con una función dentro de la sociedad y que aporta algo directamente a ella. En ningún libro o texto de Biología se encuentra detallado el término de persona y además, es una falacia el derivar un concepto moral a algo que tiene sólo propiedades naturales. Está comprobado que los argumentos psicológicos o mentales, como la capacidad de sentir frío, dolor o placer, se desarrollan hasta que está formado por completo el cerebro y a las 12 semanas de gestación no se ha perfeccionado la corteza cerebral y las conexiones neurofisiológicas para atribuirle sensaciones y conciencia al feto.   Si no es una persona, no tiene derechos Si no se le puede atribuir el nombre de persona, no tiene derechos. Al incumplir con el atentado a una persona, desaparece la base moral que la reconoce como un crimen. Además, es incorrecto darle preferencia a una criatura que no se le puede considerar como un miembro activo para la comunidad que a una mujer. Para que exista una penalización debe ser comprobable esta condición. El Estado tampoco ha podido afirmar tal suposición, por lo que es incorrecta la penalización de un crimen sobre algo a lo que no se le puede considerar como persona. La interrupción legal del embarazo se puede realizar en lugares como la Ciudad de México (CDMX) antes de las 12 semanas de gestación, el periodo posterior a éste ya es denominado aborto. Tener una buena educación sexual y conocer los métodos anticonceptivos puede prevenir casos como éstos. Si te encuentras en una situación así, puedes acercarte a Marie Stopes donde podrás recibir asesoría médica y psicológica las 24 horas del día. Una decisión así puede cambiar tu vida y si te informas de manera correcta podrás tomar la que sea mejor para ti sin poner en riesgo tu vida. Hay medicamentos como el misoprostol y la mifepristona que, bajo la prescripción adecuada, pueden ser la manera menos invasiva y más segura. Además, está recomendada por la Secretaría de Salud de la CDMX. Desde el 2007 la Asamblea Legislativa despenalizó la Interrupción Legal del Embarazo en la CDMX garantizando la salud y seguridad de las mujeres que no tienen en sus planes ser madres. Y aunque siempre será un tema difícil de tocar para la sociedad mexicana, con estos argumentos queda más que claro que es una problemática social que hay que aterrizar para evitar que miles de mujeres realicen estas prácticas fuera de la ley. Lo primordial es tener una buena educación sexual, conocimiento sobre los derechos básicos de la mujer y responsabilidad ante cualquier acto que llevemos a cabo. Con información de Cultura Colectiva.]]>