A continuación encontrarán el relato de la inesperada experiencia de sexo en trío que nos comparte nuestra colaboradora periodista. Desde Marie Stopes las invitamos a dejar tabues de lado y disfrutar su sexualidad de manera responsable, es decir, exijan siempre el uso del condón y las sábanas de látex para las sesiones orales, y el uso de un anticonceptivo de largo plazo si es que no están buscando embarazarse.

Las fantasía sexuales siempre están relacionadas con hacerlo en la playa, con tu artista de cine favorito, con el hombre de tu vida, etc… eso no lo digo yo, lo mencionó una encuesta de “Fantasías sexuales” de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual A. C. que dio sus resultados en abril de 2016.

Una de las preguntas de dicha encuesta era si estarías dispuesto a hacer un trío. La mayoría de los hombres dijo que sí, que con dos mujeres. Algunas mujeres también contestaron que sí, pero que preferían a dos hombres. Yo creía que hacer un trío requería de una condición física excepcional, ya que atender a tu pareja (¡¡una sola!!) a veces es agotador, ahora a dos pues ¡está más cabrón!

Sin embargo, una noche me pasó a mí. Yo tenía sexting regularmente con un chavo y nunca habíamos compartido la cama, pero esa noche de septiembre quedamos en hacerlo. Cuando llegué a su casa había otra chava, me dijo que era una amiga suya (igual que yo, supuse). Creo que acababan de echarse un round en la cama, pero ninguno de los dos tenía cara de satisfecho sexual. ¡Ambos me veían con lujuria!

Entonces, él comenzó a besarme delante de ella. Me desvistió por completo y me dejé llevar por ese hombre de 1.90 metros. Estábamos parados cachondeando rico, cuando él me llevó suavemente a la cama. Yo supuse que la chava ya se había ido, neta que no estaba en mi pensamiento, además, no era de mi gusto.

El chavo y yo comenzamos con el sexo oral, le pedí un condón y se lo puso. Después me penetró y de pronto sentí que la chava me andaba besuqueando allá abajo. Me detuve y la empujé, ella dijo: ¡¡¡soy bi, no te espantes!!!

¡¡¡¡No!!! no me espanta tu bisexualidad, la neta es que tengo muchos amigos que comparten tu preferencia, pero eso a que ella me ande lamiendo las nalgas como que no va. Sin embargo, el chavo dijo: “ya déjala sigamos tú y yo”.

Entonces comenzamos nuevamente, el chavo sabía cómo calentarme, ya se lo había dicho yo por WhatsApp. ¡Ja! Pasaban los minutos y seguíamos en lo nuestro, de pronto ella comenzó a besarlo mientras él estaba sobre de mi, se concentró en darle placer a él, y él a mí. Después, ella se fue directo a mi vulva y comenzó a lamerme.

¡Neta que es uno de los placeres más grandes: ser penetrada mientras la lengua de otra persona te toca el clítoris! Ellos sabían su cuento y fue una noche muy buena para mi y para él…no tanto para ella, porque yo no quise besarla, ni acariciarla. Además, yo era la novedad para él, así que se concentró tanto en mi que ella pasó a segundo plano. Ella lo notó y por un momento sólo se dedicó a vernos, cuando ya no pudo con su calentura se nos arrojó, pero creo que las heterosexuales como yo, aunque estemos muy calientes no podemos besar a otra mujer así nomás por que sí.

No necesité una gran condición física para participar en el trío. La verdad es que le agradezco a la chica su entusiasmo por darme placer, pero no me fue atractiva ni dentro, ni fuera de la cama. Era una chava con muchos problemas, lo noté cuando los tres nos fuimos a cenar y compartimos algunos pensamientos de la vida, del amor y del sexo.

Yo seguí con este chico gigantón, pero le pedí que no me tuviera sorpresas de ese tipo. Con él tengo sexo rico, pero sin terceros. Aún no ha llegado a mi vida la mujer que haga quererla besar y llevar a la cama. ¿Llegará? Uno nunca sabe, pero mientras disfruto enormemente de los hombres y su maquinaria sexual.

Con información de la periodista Guadalupe Camacho.

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